Resumiendo

UATRO. Tengo que atender varios frentes y va y resulta que el alma caritativa que deja su WiFi abierto, este finde se ha ido de viaje. Jesús qué leche. Así no hay manera de ser disciplinado. Mi amigo el Jebi se ha prometido así mismo y a sus lectores, poner algo en el cuaderno cada día. Pero no cumple. Yo me he fijado esa misma meta, pero solo hasta que acabe la cuenta atrás, y por culpa del caritativo apagón voy a tener que hacer alguna que otra trampa. Pero vayamos al grano.

Creo que a los altramuces, en el pueblo mi querido rampante amigo, se les llama cariñosamente chochos. El problema es que si describo una escena en la que un sujeto muere ahogado porque se atraganta comiendo chochos ... El problema es que arriba a la derecha hay un botón para pinchar si el lector piensa que este cuaderno no es correcto. La segunda versión es más divertida pero induce malentendidos. (Ahora al haber escrito la otra, es muy probable que mi índice de aparición en buscadores se haya multiplicado por 1000.) Veo por otra parte que nadie se ha atrevido a porner un título a mi guíon, a pesar de lo cual les diré yo el mío:

¿Sueñan los androides tripartitos sueños bilingües?

Se queja Don Rampante y Don Tetilla (perdón por la confianza), de que mezclo política y Astronomía. Mea culpa, pero he sido instigado por Don Faraón, que como se le acaba la exposición no sabe cómo seguir dando que hablar. Diré en mi disculpa no obstante, que política y Astronomía han estado íntimamente ligadas en otros tiempos. Y si no que se lo pregunten a los astrónomos chinos decapitados por no predecir un eclipse en mitad de una batalla; Galileo se ganó la vida buenamente enseñado a los artilleros de los Medici a no errar el tiro; y el Imperio Británico forjó su ídem, en parte, porque eran los mejores navegantes por aquel entonces, lo que equivalía a tener los mejores relojes ...

Y para acabar, ya se que es malo, pero precisamente por eso me extraña que no haya habido ningún comentario sobre mi chiste filatélico de tres días atrás.